Ocultos en las profundidades de lo desconocido, tres seres silenciosos tejen la interminable trama del destino humano. Se les llama las Hermanas, conocidas en la mitología como las Furias o las Parcas que incesantemente trenzan entre sus dedos un delgado hilo, el hilo de la vida, que un día deberá ser tejido para convertirse en veste viva: la túnica de la exaltación del Rey Sacerdote.
Los místicos y filósofos del mundo han conocido dicha veste de modos diferentes. Para algunos es el sencillo traje amarillo del Budismo. Para los antiguos judíos era símbolo de la túnica del gran sacerdote, para otras religiones cambia quizá el color aunque jamás el significado, es la Veste de la Gloria del Señor. Para los hermanos Francmasones, azul y oro - la Estrella de Belén -, la veste nupcial del Espíritu. Tres Hadas tejen la trama de esta veste viva, pero el hombre mismo es el creador de sus Hadas. La triple trama de pensamiento, acción y deseo lo sujetan al penetrar en el sagrado lugar donde trata de ser admitido: la hermética logia; aunque, después, ese mismo hilo sirva para tejer espléndida cobertura cuyos purificados pliegues cubran la sagrada chispa de su ser.